Siempre hemos querido cuidar mejor nuestra piel, pero por diversos motivos siempre lo postergamos. No nos damos cuenta de cuántos defectos tenemos ya en el rostro hasta que poco a poco pasa el tiempo y tomamos conciencia de ellos.
No te preocupes, aunque lo ideal es cuidar nuestro rostro de inmediato. Para seguir viéndose jóvenes y atractivos nunca es demasiado tarde.
¿Qué mascarilla debo utilizar según mi tipo de piel?
Conocer tu tipo de piel es el primer paso para seleccionar un nuevo cosmético porque cada dermis es un mundo y por ende, cada una tiene propiedades y requerimientos únicos.
Es decir, si no conocemos bien nuestro tipo de piel, podríamos elegir un producto que no sea bueno para ella. Como resultado, podemos tener problemas como un empeoramiento de los defectos que queríamos eliminar, alergias, irritaciones, picores, etc., en lugar de una mejora en el aspecto de nuestro rostro.
Además, debes tener en cuenta que el tipo de dermis puede cambiar con el tiempo; por ejemplo, es posible que su piel haya sido grasa en un momento de su vida pero se seque más adelante. Por esto, lo ideal es examinar periódicamente nuestra piel para determinar qué requiere y cómo se modifica con el tiempo.
¿Cómo puedo determinar qué tipo de piel tengo?
En primer lugar vas a elegir un momento tranquilo en el que no tengas prisa y un lugar donde nadie te vaya a molestar. Sólo necesitarás un espejo, así que siéntate frente a él y examina con atención cada parte de tu rostro, examinando cada detalle, por menor que sea, ya que será importante en la investigación de tu dermis.
Para que pueda comparar cada tipo de piel con el suyo y determinar qué tipo de piel tiene, ahora describiremos los rasgos clave de cada tipo de piel.
Piel normal
Es posible que tengas una piel normal, que tiene el equilibrio ideal y está en armonía porque no es propensa a la grasa ni a la piel seca. Sin embargo, dado que podemos desarrollar un tipo diferente de piel en cualquier momento, sigue siendo importante que la cuidemos. La situación ideal es mantener una hidratación constante .
Piel grasosa
La piel grasa es muy fácil de identificar, normalmente nos damos cuenta por sus imperfecciones visibles como poros dilatados, piel grasa, exceso de brillo, etc. Es cierto que en muchas personas esta piel es un proceso, es decir, solo la tienen en determinadas épocas, especialmente en la adolescencia y juventud, cambiando su aspecto con la madurez. Esta dermis necesita unos cuidados más especiales, ya que debemos limpiarla en profundidad para destapar los poros y conseguir un rostro terso y sin imperfecciones. Una de las mascarillas más recomendadas son las peel off .
Piel mixta
Dado que tiene rasgos tanto grasos como secos, este tipo de piel es el más difícil de identificar. Mientras que el resto del rostro presenta las peculiaridades de la piel seca (descamación, picor, irritación, etc.), la famosa zona T presenta las peculiaridades de la dermis grasa con sus defectos (puntos negros, espinillas, exceso de brillos, piel grasa, etc.). ).
Dado que cada zona tiene necesidades muy diferentes, la mejor forma de cuidar esta piel es utilizar una mascarilla diferente en cada una. Para ello, aconsejamos utilizar el multimasking, la práctica de combinar diferentes tipos de mascarillas para cuidar tu piel.
Piel seca
Esta dermis también presenta defectos muy reconocibles porque es incapaz de retener la humedad en el rostro. Como resultado, se deshidrata constantemente y experimenta descamación, irritación, enrojecimiento, picor, etc. Además, suele ser un rostro sin vida y apagado, por lo que lo ideal es tratarlo con productos hidratantes e iluminadores.
Piel sensible
Esta piel es la más difícil de tratar, ya que no sólo tiene particularidades físicas sino que también afecta a la salud de nuestra dermis. En general, los consumidores deben tener extrema precaución al seleccionar nuevos productos porque deben considerar cuidadosamente si los ingredientes son seguros para su piel . Pueden presentar reacciones a sustancias irritables.